Estos establecimientos cuentan con un protocolo especial, en el cual se establecen medidas obligatorias relativas a la limpieza y desinfección (tanto previo a su apertura como entre los servicios) de las áreas de almuerzo y en todas las facilidades, incluyendo las mesas, sillas, vajillas, cristalería, cubertería, manteles, servilletas y todo aquello que sea susceptible de ser tocado por los clientes o por el personal.
Los restaurantes deben contar con dispensadores de gel antibacterial, el uso de menú digital o desechable, así como garantizar que sean cumplidas las medidas de distanciamiento tanto entre los clientes como entre estos y el personal (restricción de los cupos, colocación de las mesas, reservaciones, etc). Se incluyen también medidas específicas para el manejo de los alimentos, para el cuidado de la higiene del personal y de la cocina, para el servicio de take out y delivery, para la recepción de la mercancía, y para el pago.